Tengo el poder
de decirle a mi mano que acaricie o golpee.
Que se empuñe o se extienda.
Tengo el poder
de decirle a mis pies que se queden o anden.
Que no se detengan.
Tengo el poder
de decirle a mi cabeza que se baje o se yerga.
Que se enfrente.
Tengo el poder
de decirle a mis ojos que vean o se cierren.
Que la luz no los ciegue.
Tengo el poder
de decirle a mi alma que se aquiete o que vuele.
Que el dolor no la frene.
Tengo el poder
de decirme a mi misma que me vaya o me quede.
Y elegí, di la orden:
que mi mano se extienda, acaricie.
Que caminen mis pies.
Con la frente bien alta,
la cabeza erguida.
Con mis ojos abiertos,
con la luz encendida.
Preparada ya el alma
a enfrentar lo que viene
decidí estar aquí.
1 comentario:
Tienes un poder que usaste muy bien y te permitió seguir hacia adelante!!!!!!!!!Nunca bajes la cabeza ni le digas a tus pies que se detengan, siempre extiende tu mano y mantén tus ojos abiertos a la luz de la vida.
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